Las generaciones que actualmente andamos por aquí
no hemos conseguido sacudirnos AÚN
reflejos condicionados por la dictadura de Franco.
Sobre todo, el de esperarlo todo de PAPÁ ESTADO.
Sin mucha reflexión, creemos todavía que los
políticos desean sinceramente solucionar los problemas de la población, cuando
es muy otro el orden de prioridades de los profesionales de la política. El primero de todos, conservar sus bienpagadísimos empleos.
Europa y todo el “occidente próspero” llevan ya varios años en crisis, pero
en España la crisis es un vertiginoso pozo que parece no tener fondo, aunque nos parezca que está próximo el fin de la pesadilla.
La
política contemporánea (y no sólo la estructura central, porque ya vemos lo que
pasa con los administradores periféricos) recuerda demasiado aquella canción
gallega: “Eu quería me casare, miña mae y non tengo roupa. Casa, miña filha, casa,
que uma perna tapa outra”.
Estos señores están excesivamente ocupados en taparse vergüenzas propias y
unos a los otros, como para atreverse a hablar con honestidad a la población.
NADIE VA A VENIR A RESOLVER NUESTRA CRISIS.
Ni los especuladores de bolsa
ni Angela Merkel,
ni el lucero del alba.
Nosotros tenemos que resolver la crisis.
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