RAJOY
Y EL ORÁCULO DE DELFOS
En la antigüedad, antes de que se constituyeran casi todas las ciudades-estado de Grecia y la Grecia misma, la máxima autoridad moral y fáctica de gran parte de la península de los Balcanes era el ORÁCULO DE DELFOS.
Dedicado al dios Apolo, su intérprete era una pitonisa-sibila, sentada siempre en su sitial elevado, que tras las preguntas entraba en trance y hablaba en nombre del dios, a veces de modo ininteligible. Los sacerdotes de Apolo “traducían” las profecías y consejos “del dios" pronunciados por la sibila, y con tales consejos y profecías causaban ruinas personales, suicidios, matanzas de hijos y esposas, destrucción o incendio de haciendas y disolución de reinos.
Rajoy nunca tuvo glamor, jamás habría sido uno de esos personajes que explota y manipula la ”prensa del corazón”. Para no tener, Rajoy no tiene encanto ni, mucho menos, el carisma que se atribuye a los grandes gobernantes.
PERO RAJOY NOS SACÓ DEL MALDITO ATOLLADERO EN QUE NOS METIÓ
EL ANTERIOR JEFE DE GOBIERNO DEL PSOE.
Rajoy consiguió que, a pesar de los pesares, Eur0pa no tuviera que acudir en nuestro auxilio (al contrario que la Grecia del amigo de nuestros extremo-izquierdistas gamberros). Y después de varios de años de depresión zapateril, vimos con esperanza que mediante Rajoy se normalizaba la economía, se creaban puestos de trabajo y bajaba el paro. Rajoy, serio y circunspecto, trajo la sonrisa al rostro de los españoles.
Pero un buen día vino un “traductor” de la sibila de Apolo, y profetizó que Rajoy, honrado y nada sospechoso, tenía que irse por la corrupción, sin reconocer el sacerdote que él representaba al grupo que había creado la corrupción política en España con un despacho real ocupado ilegalmente por un hermano del Gran Visir, y la seguía practicando. Pavoneándose con lindas plumas aparentes, inflado de vacío y con la complicidad de todos los enemigos del reino, el intérprete de la sibila consiguió que Rajoy fuera expulsado a las tinieblas a fin de que él abandonara el sacerdocio y poder sentarse en el poder, para, de acuerdo con quienes le habían encaramado, ir descomponiendo y destruyendo el reino.
LAS INVESTIGACIONERS MODERNAS EXPLICAN EL ORÁCULO DE DELFOS
Los investigadores más recientes han descubierto de que el sitial elevado que ocupaba la sibila se encontraba en la vertical de una fisura de la tierra por donde ascendían los vapores venenosos de magma. Estos vapores, que podían llegar a matar, al menos intoxicaban a la sibila y la drogaban, de modo que entraba en trance y se ponía a perorar de modo inconexo y “divinamente incomprensible”, de manera de que los sacerdotes, por los ”designios de dioses interpretados de una sibila drogada”, decidían sobre la vida y la muerte de personas, haciendas y reinos.
Los dioses de ahora, o sea, nosotros, el pueblo, no podemos tolerar que cualquier drogadicta/o desbarate nuestro reino y designe quién nos manda.
martes, 19 de noviembre de 2019
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