Tenemos varios mapas del siglo XIX donde jamás aparece
Málaga como parte de Andalucía (incluimos dos al pie).
Ahora que tantos se refieren al Medievo para
justificar locuras, como los separatistas catalanes o los terroristas moros que
hemos visto en televisión reivindicando AlAndalus (no olvidar que se trata de
España) como patria de sus abuelos, no está de más que los malagueños nos
refiramos también a la Edad Media. Málaga fue varias veces (3ó4) reino
independiente y nunca estuvo bajo el dominio de Sevilla. Las capitales más cercanas, exhiben con
reiteración maniática su “origen moro”, y en realidad étnicamente podría ser
así en parte si miramos la fisonomía popular. Los malagueños NO TENEMOS ORIGEN MORO; cuando nos tomaron los RR.CC., vendieron a toda la población como esclavos en Nápoles y repoblaron la ciudad a base de cántabros, asturianos y gallegos; basta mirar el color medio de pelo, para notar que nuestro pasado étnico no es igual que el de, por ejemplo, los granadinos o cordobeses.
Nosotros somos mucho más fenicios y romanos, además de cartagineses y bizantinos. Es inculto y disparatado que se menciona tanto ese origen que no tenemos, y que se abran locales en la ciudad vieja recreando un pasado muy muerto en 1487, y que no es étnicamente nuestro pasado.
Si se examina con atención la historia, los avatares seculares y hasta la geografía, podemos dudar muy justificadamente que pertenezcamos a Andalucía u otra región. Málaga no ha recibido casi nada de tierra adentro, más que el terral y muchas frustraciones. Todo nos vino por el mar, incluidos los moros, pero éstos fueron los últimos y no por mucho tiempo. Que Alfonso Guerra nos forzara a entrar en la junta que inventó (subvirtiendo la historia y hasta las leyes) para beneficio papanatas de su ciudad, no modifica la realidad. Lo que Málaga está sufriendo de desprecio y marginación presupuestaria por parte de una burocracia hostil (que financiamos nosotros en su mayor parte) es sólo la primera parte del proyecto del PSOE y la junta inventada por Guerra: acabar con Málaga o reducirla a la insignificancia de una aldea, cosa que, como vemos se les atraganta.
Quien visite el MUPAM (el museo del patrimonio municipal instalado en un edificio de arquitectura completamente disparatada por el lugar que ocupa) encontrará bastantes cosas significativas en relación con lo que tratamos y, sobre todo, un texto de 1870 de A. Pérez Perchet, sobre la Málaga que visitó en esa fecha:
“No parece una población andaluza. El tipo y las costumbres de la “tierra baja” (Guadalquivir-Bética) va siendo en Málaga patrimonio exclusivo de determinada clase (la que sigue haciendo excursiones a Huelva). Los letreros de muchos establecimientos y tiendas de la Cortina del Muelle están escritos en inglés y en francés, de modo que el viajero que desembarcara sin conocimiento del país a donde venía, pudiera creerse llegar a un punto de Inglaterra o Francia”
No hay comentarios:
Publicar un comentario