lunes, 29 de julio de 2019

EL PSOE IMPLANTÓ LA CORRUPCIÓN EN NUESTRA DEMOCRACIA


EL PSOE IMPLANTÓ
LA CORRUPCIÓN
EN NUESTRA DEMOCRACIA

Como decía la canción, “la vida te da sorpresas”. La corrupción lleva demasiados años instalada en nuestra democracia, desde la mafia Pujol hasta las canonjías ERE para militantes del PSOE, la corrupción viene siendo la leucemia que nos corroe, nos debilita y nos amenaza de muerte. Y para colmo ocasiona la pérdida de memoria.
Pérdida de memoria, porque, sorpresas que da la vida, modernamente, la corrupción política la implantó en nuestra democracia el PSOE, Alfonso Guerra, con su idea de empoderar para siempre al PSOE como fuera, justificando cualquier medio a tal fin. Y el medio que se le ocurrió fue montar un despacho en las dependencias junteras de la plaza de España de Sevilla a su hermano Juan, a donde debían comparecer a lisonjear y pagar todos los que quisieran que se aprobaran sus presupuestos de obras. No sé cómo lo llamarían en otros lugares, aquí en Málaga los empresarios lo llamaban “impuesto revolucionario del PSOE”, emulando el chantaje terrorista de ETA.
Lo del despacho ilegítimo del hermano de Alfonso Guerra era sabido por todos, pero tardó en llegar a donde debía llegar, o sea, a los juzgados. Para entonces el PSOE había sacado de la corrupción pingües beneficios y Juan Guerra se había convertido en millonario. Pero Alfonso Guerra, autonombrado “cocinero del régimen”, era demasiado poderoso y tenía peones colocados en todos los ámbitos del país, de modo que los jueces no llevaron a Juan Guerra a la cárcel, y mucho menos a su hermano. Tras cometer el fraude más extenso y grave de nuestra historia, ambos hermanos se fueron de rositas.
Alfonso Guerra “dimitió”, pero todos saben que no dejó de mandar jamás.
Tampoco ha dejado de mandar en el PSOE regional que manipulan sus peones sevillanos, de ahí que su temprana declaración de que ”Málaga se ha desarrollado demasiado; ahora le toca a Sevilla” ha venido siendo un eje fundamental en la política regional del PSOE.
TODO PARA SEVILLA, NADA PARA MÁLAGA.
Lo sangrante es la mala memoria leucémica que tenemos. Habiendo cometido el PSOE la mayor corrupción de todos los tiempos, ahora se sienta en la jefatura del gobierno del Rey uno que pisoteó a un hombre honesto para ponernos en una crisis que nos va a costar superar.
A mí Rajoy no me era simpático. No tenía carisma verdadero ni glamur. Pero ni escarbando hondo se podía dudar de su decencia. Sin que nadie pusiera en duda su honestidad personal, a trancas y barrancas, había rescatado a España del atolladero en que la dejó el zapatero remendón. Un hombre decente y bien intencionado, fue sacado de la jefatura del gobierno por un indigesto potaje de nazis, terroristas y descerebrados.
Ahora comienzo a oír susurros sobre cismas… y a pesar de lo viejo que soy me estremezco…
¿SE VA A FRUSTRAR DE NUEVO EL PORVENIR DE ESPAÑA?

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