PAIS KAFKIANO II

País kafkiano
Luis Melero


EL EMBARGO

Lo de la libreta le llega para acabar el mes. Pensándolo mejor, usted decide permitirse un extra. Nada del otro mundo; un restaurante de menú, pero algo más selecto que el mesón de la esquina. Va a retirar ese extra, y zas; el cajero de corazón literalmente de acero le informa de que su “disponible” real es 350 euros menos. Pasa la noche maldurmiendo entre pesadillas y sudores.
Al levantarse, corre a la caja. La empleada le informa de que el ayuntamiento le embarga 350 euros por el Impuesto de Bienes Inmuebles de 1998. Ese año, usted malvivía en una pensión, cobrando el paro.
En la oficina de recaudación “ejecutiva” municipal, una señorita, con expresión que usted cree comprensiva, le sugiere que pida al Registro de la Propiedad un certificado de que usted no poseía ese piso. Al día siguiente, vuelve ante ella con el certificado; le dice que bien, pero que debe ir a Hacienda, al catastro, para que lo confirme. Con ganas de desollar a alguien, pasa usted tres horas de cola, para oír: “presente alegación, que le responderán en seis meses”. Viendo su desolación, le aseguran que “por la tarde quizá le respondan”. En el intento vespertino no le dan certificado, sino un consejo: “vuelva a la ejecutiva”.
La señorita, que ya le conoce como si lo hubiera parido, pone cara de muralla revelándole que debe ir al departamento “municipal” de Hacienda. Allí, tras agónicas idas y venidas, le aseguran que ya está resuelto, y como usted llora cual Magdalena le prometen que telefonearán a la oficina ejecutiva.
Vuelve usted ante la señorita-muralla. Tras graves comprobaciones, le consuela con expresión de fastidio:
-En efecto, usted no era dueño de ese piso en 1998. Pero el embargo está en proceso y no se puede detener. Usted tiene derecho a reclamar los 350 euros y podría recuperarlos en unos OCHO MESES.

¿QUIERE QUE ESCRIBA SOBRE SU CASO?
Todos los que se reflejan aquí son auténticos. Cuénteme el suyo escribiéndome a:
jlmgvc@gmail.com