lunes, 6 de mayo de 2013

CATALUÑA PERDERÁ TANTO.



Me causa estupor que una sociedad tan despejada y sabia como la catalana esté siendo sometida a manipulación tan grosera.
Un nuevo palabro martillea sobre las cabezas de este querido pueblo obligándolo a no hacerse preguntas. Soberanismo. Tratan de inocular en todas las conciencias ese camino al precipicio como si fuera la boca del cuerno de la abundancia, sin permitir la saludable práctica de la duda
Viví en Barcelona dos años del final de mi adolescencia, en un barrio obrero reservado por la fortuna en una especie de limbo: Guinardó. Casi nadie hablaba castellano, lo que sin que ningún poder me obligara me movió a aprender catalán;  aquellos vecinos eran amables y compresivos con el muchacho y se empeñaban en hablarle en castellano, pero el muchacho consideró pronto que debía corresponderles y por eso hizo cuanto pudo para hablarles con las palabras que mejor comprendían.
Presencié en primera fila la lluvia de privilegios oficiales del “desarrollismo”, SEAT entre otras muchas cosas. Ninguno de mis vecinos me declaró jamás su odio ni su deseo de apartarme de ellos.

IMPUESTA UNA ODIOSA FORMA DE TOTALITARISMO EMOCIONAL, AHORA NO LES PERMITEN EXAMINAR CON REALISMO. Y NO LES HABLAN DE LAS LACERANTES PIEDRAS QUE TIENE SU CAMINO AL PRECIPICIO, DONDE IRÁN PERDIENDO LO QUE SIGUE:

INVERSIONES MULTINACIONALES. Todas las empresas globales instaladas en Cataluña invirtieron para atender el mercado total de la nación, no una pequeña fracción. Esas empresas saldrán en masa si comprueban que tendrán que pagar aranceles los diez o quince años que Cataluña permanecería fuera de la Unión  Europea hasta que, acaso,  le permitieran la reentrada.

LABORATORIOS. Son muchos los laboratorios implantados en los alrededores de Barcelona. Un buen porcentaje depende de los convenios con la Seguridad Social de toda la nación, y no de una fracción pequeña. Todos se marcharán.

EDICIONES EN CASTELLANO. Por buena lógica, Barcelona dejará de ser la meca mundial de la edición en español. Ya hoy día, se aprecian problemas muy graves en las traducciones, por la infiltración del fanatismo racista en la mente de traductores educados en la intolerancia y en la ignorancia semántica.

SON MUCHAS MÁS PIEDRAS. NEGRAS, MUY NEGRAS.

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