miércoles, 25 de junio de 2014

LA AGRESIVA PARANOIA DE LOS SALVAJES POLÍTICOS MEDIOCRES.


Para los políticos mediocres (hay demasiados que lo son), que cualquier ciudadano tenga ideas e iniciativa es amenazador.
Como el caso de PEDRO APARICIO. Ejercí varios años periodismo en Málaga mientras este forastero paracaidista del PSOE era alcalde. Yo venía de mundos y actividades muy dinámicas (publicidad, televisión y cine), y estaba repleto de ideas. Aquí, a través del periódico ya desaparecido donde escribía, las explicité y hasta intenté poner en práctica algunas de ellas, llegando a gastar gran parte de mis ahorros en una, que todavía existe pero donde cometen la ingratitud incomprensible de no mencionarme siquiera sobre sus inicios, no ya como fundador y primer mecenas, que lo fui.


¿PARA QUÉ CONTAR LO QUE MIS INICIATIVAS CAUSARON? Pequé de tonto e ingenuo, sin darme cuenta de lo que estaba provocando ni imaginarlo siquiera. Aparicio se convenció (o lo convencieron) de que yo quería ocupar su lugar, que era un competidor al que había que hacer la guerra y eliminar.


Y LO HIZO. 


Tuvieron que pasar muchos años para que alguien tratase de explicarme lo que había ocurrido, aunque todavía no lo puedo comprender.

Dos o tres de las cosas que hice en aquel periódico, tuvieron buena respuesta popular, lo que ocasionó envidias y zancadillas inesperadas. Yo no podía ni imaginarlo, pero se extendió por las redacciones (y hasta por los despachos de dirección) la "información" de que yo iba a presentarme como candidato a la alcaldía
!!! Sin pertenecer a ningún partido !!!

LO QUE ME PASÓ FUE ESTO: El mamporrero de Aparicio (un siniestro personaje que aún colea por Málaga) presionó al director del periódico donde yo trabajaba para que me expulsara. A continuación, el ayuntamiento cerró sin justificación legal el negocio que era mi medio de vida, y la alcaldía y sus asesores trataron de disimular cerrando unos días más tarde otros diez negocios, que fueron autorizados en seguida a reabrir. Por fin, la noche del cierre, pasé más de media noche en blanco por las tremendas amenazas recibidas por teléfono, y por la mañana, me encontré el coche con las cuatro ruedas hechas picadillo.

NATURALMENTE, VOLVÍ A EMIGRAR, COMO HABÍA VIVIDO CASI TODA MI VIDA.

Y ahora veo con desconsuelo que esa idea de amenaza sigue vigente en las imaginaciones de otros señores. No puedo comprenderlo.

viernes, 20 de junio de 2014

El asombroso barbero de calle la Unión, llamado Adrián.

Hace poco, recorrí calle Unión, en busca de una tienda de libros gratis, estupenda iniciativa de unos cuantos malagueños inquietos. Paseaba buscando la dirección, cuando se me ocurrió que necesitaba cortarme el pelo. Ahora, los barberos quieren llamarse “peluqueros” y la mayoría ni siquiera afeitan. Encontré una barbería llamada Peluquería 1991, en una calle llamada Andarax.
El barbero estaba barriendo, pero no atendía a nadie en ese momento, por lo que me invitó en seguida a sentarme. Ya en faena, me di cuenta de que todo el local era muy nuevo, aunque con un estilo minimalista y con elementos (como palés) no muy ortodoxos, pero todo usado con gran imaginación y sentido del gusto. Entonces caí en la cuenta de que el barbero era joven, a pesar del embozo de la barba. Le pregunté si la barbería llevaba poco tiempo abierta y me respondió que sí. En seguida, le pregunté si era el dueño, con una nueva afirmación.
Especulé que podría ser muy joven, tal vez menos de 30. Me respondió que tiene 22 (de ahí el 1991 del nombre. Asombrado, creí que el local sería de su padre; me informó de que lo había instalado él por su cuenta y sin ayuda de nadie. Con el asombro en aumento, le hice laz pregunta más impertinente: “¿Pero ha recibido usted formación?”. Me respondió que había hecho un cursillo cuando pensó en cómo buscarse un puesto de trabajo.
Salí con la determinación de volver cada vez que necesite un corte de pelo, aunque vivo lo menos a cuatro o cinco kilómetros de distancia.
El barbero se llama Adrián y es sorprendentemente educado. Se me ocurre que si nuestra sociedad produce ejemplos así, tan dignos de ser imitados por sus semejantes, tal vez tengamos arreglo.

lunes, 16 de junio de 2014

EL PARQUE OLVIDADO

Málaga posee un parque comparable con El Retiro, de Madrid, aparte de su propio Retiro, bastante más antiguo.
Gran parte de la finca de La Virreina le fue cedida al ayuntamiento hace veinte años para la plantación del Gran Parque que Málaga necesita. LA VIRREINA.

Pero este de las fotografías es el aspecto que todavía presenta ese parque.
La Virreina mide 60 Ha.
EL TRIPLE QUE EL TRAN TRAIDO Y LLEVADO
PARQUE CAMPAMENTO







miércoles, 11 de junio de 2014


Acabo de enterarme de que existe en Málaga una “sociedad de Amigos de los Museos”. Me he enterado porque me invitaron a visitar las obras de restauración de la Iglesia del Santo Cristo de la Salud. Siempre me inquieta enormemente toparme con que este tipo de obras y la restauración de las imágenes correspondientes, las encarga la junta a empresas sevillanas. Entre todo lo que ese gobierno foráneo trata de eliminar en Málaga, también agrede nuestra riquísima tradición artística y artesanal.

Pero lo que deseo comentar es el absurdo de que nuestra REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE SAN TELMO no tenga sede fija. Cuando yo era niño,  estaban en el edificio del antiguo convento jesuita anejo al Santo Cristo. Luego, pasaron al palacio de Bella Vista, de donde los desplazaron, por el empeño de la junta de los sevillanos de desnudar a un santo para vestir a otro, con la instalación del Museo Picasso. Curiosamente, se desplazó un monumental museo de más de dos mil obras excelentes, por una pequeña colección bastante mediocre aunque estuviera firmada por el mayor pintor de la historia.

 

Me entero de que tal sociedad de Amigos de los Museos va a tener su sede en el Museo de la Aduana, que a ver si un año de estos lo abren por fin. Como resulta que por lógica, la Aduana tendría que ser la sede de la antiquísima Real Sociedad de Bellas Artes de Málaga, es preciso preguntarse si los “Amigos de los Museos” serán algo inventado por junteros en un intento de desplazar y eliminar la Real Sociedad de San Telmo. Una importante seña de identidad malagueña que los sevillanos quieren destruir, como ya han destruido tantas cosas malagueñas, incluyendo nuestras expresiones típicas.