jueves, 31 de marzo de 2011

Vergüenza ajena



Produce insoportable vergüenza ajena ver a Rubalcaba debatirse en las Cortes para salvar sus espaldas. Contemplar su descaro produce una incomodidad terrible, si uno piensa en su frase de las elecciones de 2008: “Este país merece un gobierno que no le mienta”, frase que él se ha encargado de ensuciar hasta límites de alcantarilla.
Establecido el cinismo como marca de fábrica de los gobiernos del PSOE, parece que nunca vamos a poder señalar seriamente al culpable de los GAL y de la colaboración gubernamental con ETA que se dio en el caso Faisán.
Con un Congreso que no cumple ni mínimamente las exigencias de un parlamento democrático, donde no podemos descubrir a oradores porque todos son autómatas al servicio SOLO e INCONDICIONAL de los intereses de su partido.

miércoles, 30 de marzo de 2011

INCOMESTIBLE FAISÁN



El faisán acostumbra ser el plato fundamental de una idealizada comida de cuento. Pero hay que ver el cuento que se traen con el faisán, sobre todo ese aspirante a príncipe que, antaño, creyó poder mandar asesinar a sus oponentes sin que la ley le cayese encima, y ahora ha caído en la petulancia de creer que ayudando y financiando a los traidores no traicionaba él también.
Es tan feo, que si estuviera en un cuento se llamaría Quasimodo. Él que lo sabe y considera que su retrato no sería apetecible para ninguna princesa, de pronto le parece que ha topado por casualidad con la última posibilidad de su vida: El príncipe reinante tiene una enfermedad terminal y todos le señalan a él como legítimo sucesor.
Se encuentra tan entusiasmado, que no se da cuenta de que el faisán se le va a indigestar.

lunes, 28 de marzo de 2011

Zapatero es un político «cortoplacista» que sólo piensa en su interés electoral, según Wikileaks,


Ahora afirma que ganará las elecciones de 2012, aunque las encuestas le vaticinan un descalabro que puede hacer desaparecer al PSOE. Cree ZP que en el año que falta, podrá enmendar los errores, meteduras de pata y desprestigio de siete años !!
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Artículo del Diario Vasco
Los papeles de Wikileaks ofrecen una imagen poco halagadora del presidente José Luis Rodríguez Zapatero. Los cientos de documentos referentes al jefe del Gobierno le describen como adscrito a una izquierda «trasnochada y romántica». Los embajadores de EE UU en España también vierten opiniones sobre Aznar, el Rey, Mariano Rajoy o Felipe González, además de ministros, jueces, fiscales y representantes de las más relevantes instituciones. El inquilino de la Moncloa no sale bien parado del escrutinio del personal diplomático estadounidense, que le tilda de político «cortoplacista», que antepone las servidumbres electorales a los intereses de Estado.
De acuerdo con los cables desvelados por las cinco publicaciones que han tenido acceso a los informes, la relación de España con la principal potencia del mundo ha sufrido episodios de tensión con Zapatero al frente del Ejecutivo. Las reticencias alcanzaron su punto crítico con la retirada de Irak tras la victoria del PSOE en las elecciones de 2004, si bien también concitó discrepancias la postura de la diplomacia española con respecto a Cuba y Venezuela, la crisis de Kosovo o las relaciones comerciales con países susceptibles de alentar el terrorismo. El abandono de las tropas del país árabe causó tanto malestar en la Administración republicana que cuando Zapatero felicitó a Bush por su reelección, el presidente de EE UU ni siquiera se dignó atender la llamada.
En los documentos se revela que la derrota del PP en las urnas hace más de seis años obedeció a su mala gestión de los atentados del 11-M, un asunto que suscitó un caudal de información sobre la personalidad y los fines que perseguía Zapatero. De entre todo el maremágnum de información compuesto por 3.620 mensajes, de los que 103 son catalogados como «secretos» descuella la figura del Rey, de quien se dan consejos para granjearse su simpatía. El monarca es una excepción, ya que en los documentos abundan los comentarios peyorativos. Junto al Rey, superan el examen algunas personalidades del Ejército.
En una nota escrita por el embajador Eduardo Aguirre y remitida a la entonces secretaria de Estado, Condoleezza Rice, se subraya que «Zapatero juega mirando a una base electoral izquierdista y pacifista, y usa la política exterior para ganar puntos en la política española, más que para atender las prioridades básicas de la política exterior u objetivos estratégicos más amplios (...) Esto ha derivado en una relación bilateral errática y en zigzag».
El problema de ETA es visto con cierto desdén y relegado a una cuestión de orden interno. Solamente cuando la banda terrorista declara la tregua durante el mandato de Zapatero el asunto cobra entidad, sobre todo por la creencia de que el alto el fuego puede tumbar al Ejecutivo.
Los cables ponen de manifiesto el «gran fracaso» que sufrió el líder socialista en su intento de que Barack Obama visitara España con motivo de la cumbre entre EE UU y la UE de mayo de 2009 y que finalmente tuvo lugar en noviembre. «Por razones políticas internas, quieren organizarla a toda costa. Como no habrá ninguna visita del presidente Obama, será el mayor fracaso de Zapatero», se dice en el telegrama.
El PSOE reaccionó con aparente indiferencia. El secretario de Organización de los socialistas, Marcelino Iglesias, aseguró que el partido no alberga «ninguna preocupación». Diametralmente opuesta fue la reacción de la IU. Su coordinador general, Cayo Lara, destacó su inquietud por el hecho de que EE UU vigile y adjudique «etiquetas» al resto de países del mundo, lo que constituye un hecho de gran gravedad.

jueves, 24 de marzo de 2011

LA PARRALA DE LA MONCLOA



A ZP solamente la faltan una peineta y unas castañuelas para cantar “Las Parrala” por todos los rincones.
Se han apagado sus cinco farolas, porque eran de bombillas muy baratas. No tiene ojos verdes, sino del color que los asturianos dicen que son “mentireiros”.

martes, 22 de marzo de 2011

EL ESTRATEGA QUE NOS PERDIÓ EN VIGO



¿Permanece en la Ría de Vigo el tesoro que financió al capitán Nemo?

Que Julio Verne lo describiera en el capítulo VIII de la segunda parte de “Veinte mil leguas de viaje submarino”, hizo que el tesoro entrara en la leyenda: “Alrededor del Nautilus, en un radio de media milla, las aguas parecían impregnadas de luz eléctrica... Hombres de la tripulación, provistos de escafandras, se ocupaban de desguazar toneles medio podridos, cajas reventadas, en medio de restos todavía ennegrecidos. De estas cajas, de estos barriles, se escapaban lingotes de oro y de plata, cascadas de monedas y de joyas”.

Chateau-Renault, un pomposo cortesano de Luis XIV (que pasaría a la historia como Rey Sol), compartía con nuestro almirante Manuel Velasco de Tejada el mando de una flota de 19 galeones españoles y 24 buques de guerra franceses. Fue Chateau-Renault el estratega que nos perdió en Vigo, acelerando la decadencia del Imperio Español.

Los galeones componían las Flotas de la Plata de 1699, 1700 y 1701, retenidas tres temporadas en La Habana a causa de un abrumador acoso bucanero y por la incertidumbre sobre lo que ocurría en Madrid, donde muerto Carlos II sin heredero, habían coronado rey a Felipe V, duque de Anjou y nieto del Rey Sol. Habiéndose pactado ya en La Haya la alianza anglo-austriaco-holandesa que desataría la Guerra de Sucesión, y acuciado el joven rey de España por la falta de fondos que originaba la indeterminación de las tres flotas, corría 1702 cuando el río de oro que había sido el océano Atlántico volvió a fluir después de tres años de sequía. Gracias a la interesada ayuda que dio Luis XIV a su nieto, prestándole su poderosa armada, por fin emprendieron nuestros galeones el regreso con el producto de un trienio del comercio de Indias, del que los espías portugueses corrieron a informar a sus aliados ingleses llamándolo “el mayor tesoro que nunca cruzó el mar”.

Según las leyes, debían descargar en Cádiz bajo el control de los magistrados de la Casa de Contratación de Sevilla, mas arribados a las Azores, llegó desde España un galeón para informar a Velasco de Tejada que Cádiz padecía un feroz cerco marítimo ante una armada angloholandesa comandada por el almirante George Rooke. Celebraron conferencia y Chateau-Renault pretendió llevarse la flota a Brest o La Rochelle, pero en uno de los galeones españoles viajaba el gallego José Sarmiento Valladares, duque de Moctezuma y ex virrey de la Nueva España, muy curtido en política internacional; junto con Velasco de Tejada, impusieron la opción de Vigo, temiendo con razón que el rey de Francia nunca devolviera el oro.

Rooke, que encontraba fortísima resistencia en Andalucía y sufría graves descalabros, se enteró de lo que llegaba a Vigo y, visto lo negro que era para su flota el panorama andaluz, zarpó presuroso hacia Galicia con más de cien navíos y un ejército que cuadruplicaba el hispano-francés.

Alertado, Chateau-Renault dispuso los galeones españoles, cargados hasta las cofas de oro y riquezas, alrededor de la ensenada de San Simón. En el estrecho de Rande, falúas y pataches encadenados para impedir el asalto enemigo.

Pero Rooke planteó su más afortunada batalla naval… ¡en tierra! Desembarcó antes de entrar en la ría y fue tomando aldeas y los mal pertrechados fortines, algunos de los cuales aseguran los cronistas que ya entonces estaban en ruinas. Cuando los galeones españoles, presos en una ría incendiada convertida en ratonera, pretendieron escapar del fuego enemigo procedente de tierra, no pudieron huir a través del estrecho de Rande, bloqueado por la feliz estrategia de Chateau Renault.

Lo que los ingleses nos robaron, lo que nos cobró Luis XIV por su altruista ayuda y lo rescatado para Felipe V totalizó diecisiete millones de doblones de a ocho. Pero el monto oficial de lo que traían los galeones sumaba ciento cuatro millones… aunque aseguran todos los testimonios que las Flotas de la Plata declaraban sólo un doblón de cada siete de los que realmente transportaban, defraudando a hacienda para ahorrarse impuestos. Así que cerca de setecientos millones de doblones de a ocho (muchos miles de millones de euros) desaparecieron aquella noche del 23 de octubre de 1702.

¿Seguirán en el fondo de la ría? Se cree que sí. Oro entre brumas que muchos han entrevisto y expoliado durante tres siglos.

Por su parte, Chateau–Renault vivió el resto de su vida celebrando a diario fiestas extravagantemente fastuosas.

lunes, 21 de marzo de 2011

DEL TURQUESA AL ESMERALDA

En San Andrés, los araneses se paran a esperar el lucero que llaman “Estrella de la Nieve”. Deducen si tendrán año de nieves y, por lo tanto, de bienes, por su brillo que debe reproducir el aspa donde martirizaron al santo. Si la estrella no refulge mucho, vaticinan que el invierno será malo.

En este caso, puede ocurrir que, en mayo, el arcipreste diga señalando la verdísima ladera que se ve por la ventana: ¡Este año el valle es un secarral! Perplejo, el visitante contemplará la infinita gama desde el turquesa al esmeralda, los hayedos y abetales colmados de rebrotes y el riquísimo pasto con pinta de campo de golf gigantesco, y se preguntará para sus adentros de qué habla el buen cura.

Sus vecinos hablan francés, castellano y catalán más su dialecto occitano. Pasan de una lengua a otra como si llevasen en el cerebro chips de respuesta instantánea en cuatro idiomas. Aunque predomina el castellano en rótulos, y todos lo hablan con acento excelente, navegan de lengua en lengua como intérpretes del Parlamento Europeo.

El Valle de Arán es el único de nuestros Pirineos que desagua hacia el norte, en la vertiente atlántica. Aquí nace el Garona, el gran río cátaro, en un paisaje granítico rociado en verano de edelweis nevados. Es Garona desde Beret, pero va recibiendo torrentes del deshielo como Unhola, Nere, Joeu, Varrados o Toran, y lo que en Baqueira es un fogoso riachuelo montañés, en Les, tras un declive de mil metros en treinta kilómetros, es un río respetable surcado de jangadas. Ya no son lo que eran, aseguran en Bossost, antiguo enclave maderero que sobrevive gracias al turismo, pero todavía se ve alguna almadía posando para documentales de TVE2. Entre el deshielo, que jamás falla, y el régimen de lluvias, Arán es un mundo húmedo y vivaz.

Afirman que “preferimos ser gobernados por un rey poderoso, siempre que viva lejos”. Se sienten cómodos siendo españoles y aparte, aspiran a ser sólo araneses. No existe propiedad privada como la conocemos en el resto de España; gozan hace setecientos años de régimen comunal para la explotación de pastos y labrantíos.

Cuentan con su propio gobierno, llamado en aranés Conselh Generau d’Aran. Lo preside un síndico, representado en las comarcas por seis bayles, lo que originó una costumbre curiosa: Jaime II de Aragón les otorgó en 1313 un estatuto que llaman “Querimonia”; el documento lo guardan en un mueble denominado “Armari de les sis claus”, o armario de las seis llaves, porque para abrirlo deben estar presentes todos los bayles, que portan al cuello su llave, distinta de las otras cinco. Por si las suspicacias…

A causa de la nieve, festejan más en verano. Destaca la quema del Haro. En el Mediterráneo encienden fogatas de San Juan, como los Júas de Málaga o las Hogueres de Alicante, pero Aran tiene su propia forma de celebrar el solsticio. Con hogueras… verticales. Por san Pedro, talan un abeto y lo desbrozan dejándole algunos tocones para poder escalarlo, y practican abundantes hachazos a todo lo largo; en las fisuras, clavan cuñas. Lo colocan de pie y lo dejan hasta el 23 de junio del año siguiente, cuando estará seco y arderá como tea. El más multitudinario es el de Les, un pueblo con buenas termas que ya disfrutaron los romanos. También abundan las romerías por recorridos de vértigo hacia ermitas inverosímiles.

Los guisos típicos son el civet y la olla aranesa. El civet es un plato de caza, guisada con la sangre del animal, vino y un conjunto de ingredientes que devienen en una exquisitez inesperada. La olla aranesa es un puchero, contundente como conviene en un valle donde la nieve no se pierde de vista, con algunas aldeas que reciben sólo tres horas de sol al día en invierno.

Hay treinta y dos pueblos, cada uno con su iglesia. De estilo románico en la base, muestran un eclecticismo arquitectónico producto de la necesidad. Valle aislado y remoto, los curas iban construyendo sus templos según Dios les daba a entender. El resultado es un conjunto imperfecto, pero con encanto y misterio.

De San Pedro, en Escunhau, podría hacerse un catálogo de rarezas. Ciertas torres con planta octogonal y aspilleras recuerdan a los templarios, como las de Gausac y Arró. Otras, pasan de la base cuadrada a la octogonal, caso de San Miguel, en Vielha. San Felipe, de Vilac, es un templo notable. También lo es San Andrés, en Salardú, con gran explanada, pórticos, campanario octogonal, ventanales góticos y murales del siglo XVI. El más románico es La Purificación, en Bossost, con planta basilical de tres naves, dos puertas decoradas, capiteles tallados, un ábside espléndido, torre y espadaña.

Más que iglesias de pueblos, en Aran son pueblos de iglesias. Trèdos, baluarte templario, simboliza sin embargo la huella dual de los cátaros con todo por partida doble, además de lo que el topónimo sugiere. Casi al lado está Baqueira-Beret y sus boatos invernales. Más abajo, Vielha, en la confluencia del Garona y el Nere, es una linda ciudad cosmopolita. De ahí en adelante, los pueblos se esconden como centinelas en los escarpes boscosos, como Arros, Vilac, Betlan, Es Bordes y Vilamós. En Bossot, se comienza a intuir la cercanía de Francia en las matrículas de los coches, y ya en Les, cuesta decidir dónde se encuentra uno y cómo decir adiós.

Nadie olvidará jamás un recorrido por el Valle de Arán en verano.

miércoles, 16 de marzo de 2011

La desbandá de Málaga. TODOS FUERON CULPABLES

Queipo de Llano, el más soez de los generales que registra la Historia de España, llevaba varios días advirtiéndolo en sus homilías guerreras de cada noche: “Ya me tomé un jerez y voy a tomarme un málaga”.
De manera más o menos directa, el militar que todos aseguran que se emborrachaba antes de ponerse al micrófono trató de convencer a los malagueños de que no tenían nada que temer de las tropas “nacionales”, pero también de que si alguien consideraba que sí, podía escapar hacia donde iba a replegarse del gobierno republicano, Motril.
La fatalidad que históricamente se alía contra los malagueños hizo coincidir varias desgracias en el tiempo: 1- La población de Málaga casi se había duplicado; todos los portales eran remedos del portal de Belén, porque en todos se había aposentado una familia de fugitivos que dormían hacinados, padres, madres, hijos y animales de granja. 2- Todo el mundo tenía algo que temer de un ejército formado en gran parte por mehalas cuya única motivación bélica era el botín que podían obtener; de todas partes llegaban oleadas de fugitivos asegurando que “vienen los moros cortando cabezas”.
3- Los primeros días de febrero, todos los torrentes de la vega de Motril se habían desbordado; la inundación impedía el paso y mucho más a una muchedumbre famélica y desesperada que, probablemente, sumaba trescientas mil personas.

CÁLCULOS CONSERVADORES.
Últimamente, vemos que medios de información que pretende presentarse como objetivos y mesurados convierten cien mil en “varios miles” y mil en “unas decenas”. De igual modo, nuestros “intelectuales” de Málaga, tratando de presentarse también ponderados y mesurados, hablan de que aquella noche del 7 de febrero de 1937 huyeron de Málaga “unos cien mil malagueños”. La frase contiene dos falsedades; sin duda eran muchísimos más y sólo eran malagueños en un cincuenta por ciento. Los ya citados medios “objetivos” utilizan la cuadriculación para sus cálculos de asistentes a manifestaciones; si calculan que la superficie ocupada por la manifestación alcanza cincuenta mil metros cuadrados, multiplican ese número por cuatro para calcular que habría unos doscientos mil manifestantes. Si aceptásemos el mismo procedimiento y calculamos que Málaga podía ocupar en 1937 unos doscientos kilómetros cuadrados, podríamos llegar a la conclusión de que aquella noche había cuarenta millones de malagueños huyendo en desbandada. Como nunca hubo ese número de malagueños, el ponderado sistema cae por su base en este caso.
La primera semana de febrero de 1937 había casi tantos refugiados malviviendo en las calles de Málaga como pobladores censados. Es decir, 190.000 por dos, unos trescientos ochenta mil.
Según las desoladoras fotos que han llegado hasta nosotros de las “entusiastas bienvenidas” de la población a las “tropas nacionales” (que eran todas italianas, al mando del íntimo de Mussolini, Roatta), no parece que permanecieran más que unos cincuenta mil malagueños en la ciudad. Porque los refugiados en las calles de Málaga procedían de Loja, Puente Genil, Estepa, Ronda, Campo de Gibraltar y otras zonas aledañas.

EL PACTO DEL SILENCIO
Desde el 17 de julio de 1936, Málaga había sufrido 206 bombardeos de Guernica. Todas las noches llegaban de Melilla o Granada aquellos fatídicos nueve aviones a arrasar la ciudad. Lo que aquí padecimos es cien veces peor de lo que padeció Guernica. Sin embargo, la ciudad vasca se convirtió en un icono mundial sobre los males de la guerra mientras que nosotros hemos estado a punto de morirnos en la ignorancia de nuestra tragedia. ¿Por qué? Sencillamente, porque republicanos y “nacionales” fueron conscientes desde el principio de que habían cometido en Málaga atrocidades incalificables. AMBOS. Primero, en noviembre de 1936, el socialista Largo Caballero le había negado a nuestro diputado Cayetano Bolívar toda posibilidad de entregar “ni un fusil ni una bala más a Málaga”. En un mapa de los frentes, resultaba patente que mantener a Málaga en territorio republicano alargaba la línea de fuego en unos doscientos kilómetros; con toda probabilidad, el “inteligente” jefe de gobierno socialista había decidido entregar un gambito. Por otro lado, Franco (que el 5 de febrero se reunió con Queipo de Llano en Antequera, para ver cómo evitar que Málaga fuese tomada por el ejército italiano) estaba convencido de que la fuerza ofensiva de Málaga era incomparablemente superior a la real. De manera que la estrategia “nacional” fue lanzar contra Málaga CUATRO columnas simultáneamente: Marbella, Monda, Venta de Zafarraya y Colmenar. Había que atrapar y masacrar a la población que ellos creían armada hasta los dientes.

Lo ocurrido durante la noche del 7 al 8 de febrero de 1937 es la suma de todas esas fatalidades. Ninguno de los dos bandos tenía nada que reprocharse entre sí y, por lo tanto, nunca lo hicieron. Ni los más encendidos inventos franquistas mencionan la masacre. Pero tampoco los inventos necrófagos republicanos, como el que ahora ha protagonizado una institución local, en aras de esa solemne estupidez de la “memoria histórica”. Ninguna manipulación puede presumir de ser memoria ni historia que, como sabemos, son lo mismo y, por lo tanto, es redundante e inculto hablar de “memoria histórica”. No existe memoria escrita de la desbandá de Málaga (ni parcial ni general y sólo algunas alusiones, como la de “Madre Coraje”) y yo tuve que acudir a fuentes extranjeras para documentar mi novela “La desbandá”, porque lo del 7 de febrero de 1937 fue una desgracia que todavía causa vergüenza a ambos lados de la divisoria de esa España bipolar que ZP se empeña en resucitar.


martes, 15 de marzo de 2011

PORTUGAL, UN BARCO VERDE

Los amores nacen de modo imprevisible. El mío por Portugal nació del idioma. Había residido un tiempo en Brasil, donde llegó a darse el caso de tener que enseñar el carné para que creyesen que era extranjero. Me gustaba tanto la dulce música de la lengua, que cuando volví a vivir en España debía correr a Portugal cada dos por tres, para no olvidarla. Iba tanto, que me obligaba a cambiar de ruta y así fui descubriendo bahías cálidas, acogedoras, golosas de mariscadas y “sapateiras” preparadas, y montañas pobladas de titanes en Serra da Estrela, y monasterios con misteriosos monjes ansiosos de descubrimientos por Belmonte, y bosques encantados de elfos merendando bacalhau a bras por los aledaños de Viseu. Con el tiempo, me di cuenta de que Portugal es un barco verde, que proyecta la proa ibérica hacia legendarios océanos surcados por bandeirantes soñadores. En metáforas, como en aquel pasodoble, verde es el Tajo y rojo es el vino de O Porto. Pero sobre todo, hay un verde lorquiano que perfuma el aire desde Tras o Montes a San Vicente y desde el Miño a Vila Real de Santo Antonio. Un día, me pilló una tormenta de ésas que lanzan cataratas contra el parabrisas. Salía de Porto hacia Lisboa, pero tuve que abandonar la autovía y parar en un pueblo llamado Agulha, a esperar que escampase. Alguien me vio desde una ventana en el coche atormentado por el granizo, y afrontando el temporal, bajó a golpear la ventanilla, diciéndome “não fica aí sozinho, venha a beber un copo de vinho”. Era una familia joven, con dos hijos; con ellos disfruté una de las tardes más inolvidables de mi vida.

lunes, 14 de marzo de 2011

LA CÚPULA QUE SIEMPRE RESUCITA


LA CÚPULA QUE SIEMPRE RESUCITA
Otra vez ha sido descabezada la mafia ETA. Y van…
¿Qué extraña capacidad de resurrección tiene esta cúpula a la que se descabeza dos o tres veces todos los años? Una vez que se detiene a los cabecillas de los asesinos y se requisan sus ordenadores y documentos, ¿de qué “imposible” manera son convocados nuevos asesinos para ser ascendidos?
Pocos mencionan ya que fue el PNV en la clandestinidad quien inventó ETA, allá por los años 60. Los peneuvistas dicen que los asesinos de ETA ”son hijos de puta, pero son NUESTROS hijos de puta”. El mismísimo Arzalluz, cuando supo que los asesinos habían robado 8 toneladas de dinamita, exclamó “¡QUÉ MACHADA!”, sin poder disimular su admiración entusiasta.
¿Quién maneja los hilos de las cúpulas eternamente resucitadas? ¿No será que el verdadero número UNO de ETA ocupa un respetable y pomposo despacho, desde donde disimula que dirige en realidad el “ejército” de supuestos gudaris, de su proyectada nación imposible y absurda? ¿Será el número uno de ETA un respetable patriarca… o un pupurado clérigo?
¿QUIÉN SE ATREVERÁ A RESPONDER LA PREGUNTA?

viernes, 11 de marzo de 2011

¿ESTAFAN TODAS LAS EDITORIALES DE BARCELONA?

Los lectores españoles seguramente no imaginan la vida que los escritores podemos llevar.
Hay que señalar que en España hay muy pocos escritores que se dediquen en exclusiva a la literatura. Casi todos los nombres que ustedes pueden ver en las portadas de los libros corresponden a profesionales de otra cosa: profesores, periodistas, médicos, políticos, artistas y demás.
No hay muchos escritores profesionalizados en España, simplemente porque las editoriales catalanas, casi todas, se quedan con la mayor parte del dinero que nos corresponde por ley y de acuerdo con los contratos, con la complic idad del ministerio y la generalitat.
Se valen de argucias para no pagar más que una pequeña parte de lo que se comprometieron en contrato. Por lo general, los escritores contratamos por un ocho o un diez por ciento del precio de venta. Un precio de venta que se distribuye así: cincuenta o sesenta por ciento para los distribuidores y librerías, treinta por ciento para las editoriales y diez por ciento para el autor. Según la ley, es así, pero las editoriales –sin ninguna clase de escrúpulos-, ven muy tentador el dinero que administra del autor y por lo general recurren a la siguiente artimaña para quedarse con la mayor parte del dinero que el autor se gana: NO SUELEN INFORMAR DE LOS LIBROS VENDIDOS.
En cambio, envían a los autores unas planillas donde indican los libros entregados a los distribuidores, de los que restan los libros que los distribuidores les devuelven sin vender, y del resto, calculan el porcentaje contractual.
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DE ESE MODO, EDITORIALROCA SE APROPIA ILEGALMENTE DE UN 70 % DE LOS DERECHOS DE AUTOR DE LUIS MELERO.
UNA ESTAFA EN TODA REGLA

¿Harán igual las demás?
www.luismelero.com

jueves, 10 de marzo de 2011

PROGRES. La generación fracasada

A estas alturas de la historia, nada parece más rancio y fracasado que aquella generación que nos llamábamos “progres” Surgimos como respuesta a los cuarenta años oscuros, aspirando el aire fresco e incontaminado de la libertad. Teníamos que regenerar España –no desmontarla- y correr apresuradamente detrás de los trenes que habíamos ido perdiendo.
Para todo ello, era indispensable despojarnos de los reflejos auto represivos de la etapa anterior. Ser libres empezando por nuestra manera de sentir la vida. Desechar los arneses y volvernos transgresores en una medida educada y prudente.
Pero fueron demasiados los que malinterpretaron lo de la transgresión. De pronto, nos encontramos con señoras muy encopetadas y burguesas que, para ser modernas, se pusieron a robar en El Corte Inglés y Galerías. Hubo matrimonios que, para demostrar definitivamente su modernidad, decidieron escenificar sus encuentros sexuales delante de sus hijos pequeños, para que tuvieran educación sexual antes que uso de razón (hablo de un caso concreto, en que uno de los niños se negó a crecer como Peter Pan y hoy es un mozo que no llega al metro cincuenta completamente traumatizado). Aquella progresía que dio lugar a cosas interesantes pero nocivas, como la Movida madrileña, hemos hecho otras cosas muy nocivas pero nada interesantes.
El resultado es una España clónica de la de 1935, con la juventud peor educada de Europa y la más inculta. ¿PROGRES? ¡Que me borren!

miércoles, 9 de marzo de 2011

EL ASOMBRO DE ALCOBENDAS

Dice el viejo refrán castellano que “el buen paño, en el arca se vende”, sabia conseja ancestral que la mercadotecnia, primero, y el comercio por internet, después, se han encargado de arrasar.
Hoy, se hace propaganda hasta para mercadear con los sentimientos, como vemos a diario en las pantallas de televisión, cuando comprendemos que los grajos al acecho de la cochambre son avisados, precisamente, por los aspirantes a vendedores de miserias con truculentos señuelos de exclusividades falsificadas. Y si se tratara sólo de las miserias o los sentimientos propios, la perversión y el hedor tendrían un pasar; pero es que con lo que más se comercia es con los sentimientos de otros, las privacidades ajenas, las integridades que los buhoneros del couché parecen tener prisa por desintegrar.
Por ello, asombra tanto descubrir algo valioso de veras que, aun consciente de su valor, no se deja ganar por la tentación de exhibirse en los neones de la compraventa.
Uno, que viene de vuelta de infinitos mundos procelosos donde cuenta más la imagen transmitida que el valor verdadero de las cosas, no puede evitar sentir estupor al descubrir Alcobendas, donde las circunstancias le han forzado a residir.
Hay unas cuantas ciudades en España que son resaltadas por los políticos y sociólogos como ejemplos a seguir en cuanto a urbanismo y servicios. Siempre se trata de capitales de provincia, como Vitoria o Córdoba. Vitoria es verdaderamente un modelo a imitar... si la corporación aspirante a emularla dispone de dinero a espuertas. Córdoba, asentada sobre una milenaria tarta arqueológica de varias capas, que dificulta cualquier intento de racionalidad, no dispone de los cuantiosos medios forales de Vitoria, pero sí ha habido entre sus gestores quienes supieron usar la razón.
Hoy, tras conocer inesperadamente Alcobendas, creo que no tardará en llegar el día en que su nombre se añada a dicha lista de ciudades ejemplares. Parafraseando el clásico, hay que hablar con toda justicia del Asombro de Alcobendas.
Hace algún tiempo, a una de las revistas donde suelo publicar le propuse un artículo de investigación que pretendía titular “Alcobendas, Silicom Valley español”; iba a apuntalar el texto y argumentar sobre dos pivotes: la existencia de Indra y la arquitectura de la avenida de Bruselas y la zona el Parque Empresarial La Moraleja, que me recuerdan inevitablemente a La Jolla, en California. No insistí en la propuesta, porque mi conocimiento sobre Alcobendas era muy superficial y se basaba en impresiones percibidas de lejos, casi todas al pasar por la Nacional I... y poco más.
Ahora, tras verme obligado a recorrerr cotidianamente el Paseo de la Chopera, la Avenida de España, la Avenida de la Vega o el Bulevar de Salvador Allende, creo que Alcobendas merece que se hable de ella. Y mucho, y bien, y que llegue a realizarse algún documento que difunda por toda España las cualidades de su urbanismo, y, acaso, convertirse en destino turístico porque posee para ello mimbres de sobra, y llegar a ser meca de encuentros de categoría internacional, para los que representaría un cómodo marco del que España puede enorgullecerse. Tal vez sean sus habitantes celosos de mantener el “secreto”, por temor a verse obligados a compartir los privilegios que aquí se disfrutan, y me reprochen estas afirmaciones que pueden sonarles a “chivatazos” que atraigan multitudes, pero creo sinceramente que numerosos concejales de urbanismo del país tendrían que darse un garbeo por los alrededores de San Pedro y la avenida del Marqués de la Valdavia, recorrer la calle Manuel de Falla y los futuristas bulevares de Valdelasfuentes, a fin de aprender a diseñar ciudades a la medida del hombre, pensadas para que el hombre viva serena y plácidamente, sin sobresaltos, alimentado espiritual y estéticamente. Que rodearan los ediles de todo el país, con ojos asombrados, las incontables y utilísimas rotondas, incluyendo las que se construyen ahora por Ruperto Chapí; que paseasen por el Parque de Andalucía o los jardinesl de La Vega; que practicaran algo de deporte en ese lujo al alcance de todos que es el Polideportivo Municipal; que ejercitasen el intelecto en la increíble Mediateca Pablo Iglesias, otro lujo para el que es difícil encontrar parangones; que se divirtieran un poco en Diversia o que, sencillamente, pegara el hilo con algún vecino en la Plaza Mayor.
Alguien puede argumentar sobre presupuestos, niveles de renta y riqueza relativa de los municipios, pero de lo que aquí se habla es de inteligencia.
¡Caballero, qué ciudad!

martes, 8 de marzo de 2011

ESPAÑA, PROHIBIDO SER ESCRITOR

España aportó a la cultura universal el Siglo de Oro, cuando también era la primera potencia mundial. Hace mucho tiempo que dejamos de ser una potencia y hemos sido durante muchos años muy modestos (aunque ya no tanto) en comparación con lo que fuimos, pero la decadencia político-económica no puede compararse con el decaimiento de nuestra influencia narrativa. Salvo algún que otro caso excepcional, ahora no significamos NADA DE NADA en el panorama mundial de la fabulación literaria y, contrariamente, casi todo lo que editamos aquí son traducciones de éxitos de otros países, Inglaterra y EE.UU. en especial, a despecho de que seamos uno de los lugares donde mayor número de ejemplares de libros se editan y de que esa actividad sume el 1,2% de nuestro P.I.B.
¿Es que hemos dejado de tener inventiva y capacidad fabuladora?
¿Es que no existe aquí potencialidad dramática?
¡Nada de eso! He vivido en siete países, donde siempre afirmé que el sustrato “novelable” de la idiosincrasia de algunos sitios españoles es formidable, en especial Málaga y toda la vertiente sur-penibética, donde en condiciones no tan adversas surgiría sin duda el último de los grandes “booms” literarios españoles, antes de que los libros sean sustituidos por otra cosa, como vemos que ocurrirá muy pronto.
Entonces, ¿en qué consiste el problema? Supongo que hay que ser, como yo, escritor de libros para enterarse. Ocurre que en España los escritores somos parias. No hay nadie que sea más paria en España que un escritor. Nadie cree en España que el de escritor sea un oficio respetable, sino sólo una especie de “hobby”. Casi siempre que me presentan a alguien como escritor, me pregunta “Y… ¿cómo te ganas la vida?”. Ahí reside la esencia del problema. Hasta los buenos lectores creen que escribimos para divertirnos y que no tenemos por qué ganar dinero con ello. Y las editoras que un amigo mío llama “pateras” consideran que no hay que pagar a los escritores sus derechos, pues entienden haberse apropiado del libro entregando el anticipo de los derechos que marcan los contratos.
Ustedes replicarán: “¿Pero es que a Pérez Reverte, Vargas Llosa, Gala o los herederos de Torrente Ballester no les pagan sus derechos?” Sin duda cobran, pero yo revisaría meticulosamente las liquidaciones de derechos de autor.
Los demás, no cobramos. Ustedes dirán “bueno, un escritor no importante, tampoco va a ganar mucho”. Yo no soy un escritor famoso, pero llevo editados en papel once libros, más seis que están saliendo estos días en un portal de internet. Diecisiete en total. De cuatro de esos libros editados en papel, mis últimas cuatro novelas, van 16 (dieciséis) ediciones en tres años y medio, lo que podría representar al menos unos 48.000 ejemplares vendidos. Pero la editora no quiere pagarme mis derechos de autor, que según varios amigos libreros (la editora JAMÁS ME INFORMA DE CUÁNTOS LIBROS VENDO) sumarían 150.000 euros estos últimos cuatro ejercicios. Desde abril de 2008, que es cuando recibí la última liquidación, correspondiente a todo 2007 (¡2.000 euros!), me costó dos meses entender el daño que desde hace cuatro años me está infligiendo la editorial, a base de preguntar y consultar a especialistas; antes, jamás se me habría ocurrido sospechar que trataba con una ladrona estafadora.
Por eso España no significa NADA literariamente en el mundo. Porque las editoras no permiten madurar las capacidades creadoras al no pagar a los escritores. Nadie podría dedicarse en exclusiva a la literatura, sin cobrar. Y lo más escamante es que el Ministerio de Industria y Comercio lo sabe. Todo el mundo sabe que las editoras estafan. Lo saben los periodistas. Lo saben los medios de información. Toda España sabe que no nos paga a los escritores. Pero nadie tiene la gallardía de hablar de ello, para que se solucione el problema y España pueda seguir pesando narrativamente en el mundo. Si un escritor reclama lo que se ha ganado, sencillamente, puede ocurrirle, como a mí, que lo amenacen de muerte tres veces. Y por el camino que van…

lunes, 7 de marzo de 2011

lo que Roca Editorial me ha defraudado:LACAYOS Y MAYORDOMOS

Cuando ya nos queda tan lejos eso de los lacayos y mayordomos, así como la idea de amos y sirvientes; cuando ya resulta tan difícil distinguir –por la ropa- a un ejecutivo de un estudiante pobre, prestarse a hacer de lacayo debe de ser por una necesidad muy, muy grande; tan imperiosa, que roce la agonía; algo que toque lo más profundo y proceloso -entre alcobas, mazmorras y bodegas- de lo inconfesable-. La rediviva humillación voluntaria puede ocultar quién sabe cuántos dramas y carencias. Cuantos hígados hechos rocas. Cuántas vanidades insatisfechas. Cuántas pretensiones desorbitadas que la realidad se empeña en desmentir.
Ver en la época presente alguien que saca la lengua para relamer a algún poderoso en el culo, es desolador. Ver que alguien se baja la ropa en público para satisfacción de su ama, es patético. Ver que el poder deslumbra tanto a personas que, de otro modo, valdrían la pena, rompe el alma. ¿Quién es de veras poderoso hoy día, cuando hasta unos estultos y delirantes fanáticos racistas se permiten insultar al Rey, y los jueces los dejan ir de rositas?
La asombrosa realidad es que el servilismo sigue pagando; malamente, eso sí; con migajas despreciables e indignas, pero... Aunque resulte difícil de creer, todavía queda quien se presta a ello. Todavía quedan “amigos” como los de Viriato. Aún queda gente que cree que Roma paga a los traidores. Con tantas evidencias para desmentirlo, y queda gente capaz de tragarse que gana un reino meneando la colita.
Queda gente que corre carreras de galgos para lamer los faldones de su pagador.
Y cuando uno se rebela y decide intentar, desesperadamente, cobrar lo que se ha ganado y el supuesto poderoso trata de no pagarle, hay todavía mayordomos capaces de indignarse: “¿Qué pretenderá éste? Que nos deje tranquilos. El mundo está muy bien tal como está, con sus robos, con sus injusticias, con sus estafas, con sus ricos abusando de los pobres, con sus poderosos pisoteando y aplastando a todo quisque. Que no me complique la vida” Los lacayos y mayordomos trinan con santa indignación cuando alguien nada contracorriente- ¡Es tan cómodo dejarse llevar! ¡Es tan agradecido decir “sí bwana”!

sábado, 5 de marzo de 2011

Me llamo Luis Melero.

Soy autor de decenas de libros y he publicado los siguientes:
Cal viva, Málaga del Pedro a la pedrá, El cuarto segmento, El espejo líquido,
Oro entre brumas, La desbandá, Colón el impostor, Los pergaminos cátaros,
Cátaros la libertad aniquilada, Indianos, El ocaso de los druidas.

La editorial de mis 4 últimas novelas, Roca Editorial, me contrató por un 10% de derechos, pero me paga sólo el 3,%, habiéndome defraudado más de 100.000 euros en 6 años.
Mientras yo, enfermo, solo y con 500 e de pensión, paso graves dificultades.
Ni el gobierno, ni la generalitat, ni la policía, ni las Cortes ni la justicia me ayudan a cobrar.

Necesito algo que pueda hacer siendo jubilado, una colaboración con la que redondear ingresos que me permitan vivir razonablemente.



TODOS LOS CONTRATOS FIRMADOS CON ROCA EDITORIAL CONTIENEN ESTA CLÁUSULA, DONDE SE ESPECIFICA QUE COBRARÉ EL 10% DEL PRECIO DE VENTA DE TODAS MIS NOVELAS.



COMO SE VE EN ESTA LIQUIDACIÓN (SEMEJANTE A TODAS LAS QUE ROCA EDITORIAL ME HA EFECTUADO), en vez de calcular el porcentaje sobre el PRECIO DE VENTA AL PÚBLICO, Roca Editorial lo calcula SOBRE EL PRECIO ACOFDADO CON LOS DISTRIBUIDORES, cuestión que no tiene nada que ver conmigo ni me interesa,COMETE UN FRAUDE
Como se ve claramente en este documento, calculan sobre un precio de 4,35, cuando mis libros se han vendido al público a precios que van de 18 a 21 euros, una media de 20 euros. Por lo tanto, yo debería haber cobrado una media de 2 euros por cada uno de mis libros vendidos.

Exigida la prueba de impresión, hasta noviembre de 2007 se habían impreso unas 14 ediciones de 6.000 ejemplares de todas mis novelas. Eso representa unos 84.000 libros editados y que yo tendría que haber cobrado hasta esa fecha unos 168,000 euros.
Sin embargo, Roca Editorial me había pagado poco más de 34.000 euros en total.

Puede apreciarse en esta liquidación que Roca Editorial afirma haber vendido en 2007 unos 2,000 ejemplares de ORO ENTRE BRUMAS (lo cual parece sospechosamente falso, puesto que hasta ese momento se habían impreso 18.000 ejemplares de esta novela). Como resultado de la liquidación, apréciese que Roca Editorial dice que, vendido 2.000 libros míos, me corresponde PAGARLE A LA EDITORIAL algo más de 800 euros. !!!

ROCA EDITORIAL DICE QUE ME PAGA COMO TODAS LAS DEMÁS... ¿SIGNIFICA ESO QUE TODAS LAS EDITORIALES DE BARCELONA ESTAFAN A SUS ESCRITORES EN CASTELLANO?

jueves, 3 de marzo de 2011

EL TREN, SALÓN SOCIAL

Si don Hilarión, el de “La verbena de La Paloma”, levantara la cabeza, y Casta y Susana lo sacaran a ver pasar el AVE, no podría cantar “Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad…” porque se quedaría con la boca abierta. Cuanto más progresamos, mejor comprendemos que el tren es el transporte del futuro.
Está claro. A 350 kilómetros por hora, pronto viajaremos poco en avión por la península. Sin embargo, siento nostalgia de los morosos Expresos, por lo que sucedía en aquellos compartimentos de ocho pasajeros. Como aquí escribo en color pastel, no puedo contar historias picantes que, como las meigas, haberlas haylas aún, pero entonces eran el pan nuestro de cada día, sin desalentarnos el tufo a pies o, como me ocurrió una vez por Marsella, aunque se sentara al lado una campesina con un cesto lleno de camembert…
Salías de Málaga a las 22.00 y llegabas a Atocha, con suerte, doce horas más tarde. Tiempo de leer y soñar. Con los silbatos de los jefes de estación actuando de despertador, aquellos duermevelas interminables eran muy fecundos para los lazos sociales. Lazos efímeros, pero a veces podían hasta acabar en el altar. Para un muchacho era un viaje de iniciación en todos los sentidos, incluidos los escabrosos, y para los de mi generación ir en tren a Madrid o a Barcelona era la piedra filosofal del paso a la madurez.
Conservo amistades del tren en toda Europa, pero fue en Caracas donde tuve el encuentro más memorable. Por azares de la vida, diseñé el cartel del XIII Congreso Panamericano de Ferrocarriles, donde participó RENFE, que pujaba para diseñar un ferrocarril de 900 kilómetros. Ganamos la puja, aunque, cosas del Caribe, del tren no se supo. Por fortuna, el congreso me permitió conocer a Paco Lavilla -hermano del ministro suarista-, que soñaba con hacer completo el recorrido del Transiberiano, un tren donde daría tiempo de congeniar y casarse, y hasta de tener hijos. Con mucho menos, las dos horas aproximadas a Córdoba, Zaragoza o Sevilla, no paro de relacionarme en los viajes de promoción de mis novelas. Y hay que ver de lo que se entera uno cotilleando los diálogos o escuchando al impertinente que habla a voces con el móvil.
El tren es un club social. Un salón donde hacer amigos y, por qué no, ligar. Es fantástico lo de contemplar paisajes más virginales que los de la carretera, pero lo apasionante ocurre dentro. Por si las moscas, en tren llevo siempre una buena provisión de tarjetas personales.