Desde el principio, se trató de un invento para acallar la reivindicación del tercer hospital que reclamaba a gritos la sociedad malagueña.
El cabezón, con su grosería proverbial, se lo aconsejó a Griñán, viendo que los malagueños no nos conformábamos con ser los peor dotados de camas hopspitalarias de la comunidad.
Consiguieron acallar la reivindicación…
PERO LOS MALAGUEÑOS SEGUIMOS SIENDO LOS PEOR DOTADOS EN CAMAS HOSPITALARIAS.
Para la junta da igual, puesto que quiere que nos muramos de asco.
lunes, 9 de enero de 2012
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