Entre nosotros, muchos afirman que el Halloween es una fiesta de carácter publicitario inventada por los estadounidenses. Pero la realidad es que fue en origen en una festividad celta que festejaba el final de la temporada de cosechas y era considerada el año nuevo.
Cuando se fue conformando la religión cristiana tal como ha llegado a la actualidad, los primitivos “sacerdotes” no lograron desterrar ni contrarrestar las celebraciones paganas y, como siempre hace la Iglesia, prefirió “adaptarse”, y poco a poco consiguió que las principales fiestas de su tiempo aparentasen ser cristianas. Así, los idus de marzo (antiguo equinoccio celta), se convirtieron en San José; el solsticio de verano, milenariamente celebrado por los celtas como “fuego purificador”, se convirtió en San Juan; el solsticio de invierno, dedicado por los celtas al dios sol, y adoptado por los romanos como saturnalias, como era la celebración más larga y entusiasta la Iglesia dijo que era la fecha del nacimiento de Jesús.
El año nuevo celta, que era la fiesta de todos los dioses, la Iglesia la convirtió en “todos los santos” y la nochevieja celta, (o víspera de los dioses), se ha convertido con el tiempo en Halloween, palabra originada fonéticamente en una contracción escocesa, aproximadamente del siglo XV.
Los celtas aseguraban que la línea que une nuestro mundo con lo sobrenatural se estrechaba con la llegada del halloween, permitiendo traspasar esa línea a los espíritus (tanto buenos como malos). Los ancestros familiares eran homenajeados mientras que los espíritus dañinos eran repudiados. El uso de trajes y máscaras se debía a la pretensión de ahuyentar a los espíritus malignos. Su propósito era adoptar la apariencia de un demonio para engañarlos.
Halloween también era la ocasión de hacer balance de los suministros de alimentos y prepararse para el invierno. Las hogueras desempeñaron un papel importante en todas las festividades celtas. En halloween, todos los fuegos se apagaban y en cada hogar se encendía una única hoguera en la chimenea, donde se hacían, ocasionalmente, sacrificios.
Otra práctica común era la adivinación. El fuego y el agua estaban siempre presentes. Los veneros de agua eran moradas de las diosas y el fuego, suplicio de los demonios.
Por consiguiente, Halloween es celta y europea, y posiblemente, de hace más de cuatro mil años.
sábado, 27 de octubre de 2012
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