Los diputados desprecian a los escritores.
El parlamento consiente las estafas editoriales, que impiden que la
literatura española importe en el mundo
A los políticos, los escritores no les importamos nada de nada.
Escribir en España no sólo es llorar, también es antieconómico.
Lista negra editorial de los escritores que pedimos que nos paguen.
Larra decía que “escribir en España es llorar”. Se puede añadir que
España opta oficialmente por no hacer negocio con la segunda industria
editorial más poderosa del mundo. En
Barcelona sobre todo, se editan muchos títulos y bastantes volúmenes, pero las
leyes están arregladas para que las editoriales no tengan obligación de pagar a
sus escritores españoles. Todo el mundo en Barcelona, periodistas incluidos,
saben que las editoriales se quedan con el dinero de sus autores españoles,
pero nadie critica porque gran parte de los medios PERTENECEN A EDITORIALES. Se
ha creado un círculo vicioso por el que los escritores españoles tenemos que
aceptar ser estafados para poder publicar y, si reclamamos nuestro dinero, se
nos inscribe en una LISTA NEGRA EDITORIAL y ya no existe la menor posibilidad
de volver a publicar.
Hace siete años que no porque, porque decidí no publicar más con la
estafadora Roca Editorial (que me había defraudado más de 125.000 euros por
cuatro novelas) y después no ha querido contratarme ninguna otra, aunque tengo
nuevo novelas publicables de inmediato, unos cien relatos cortos, poemas,
versos, teatro y demás.. A pesar de ese silencio editorial, aún me escriben
aficionados para perdirme consejos; respondo siempre que se busquen editoriales
FUERA DE ESPAÑA
Con el consentimiento pleno del Gobierno, el Parlamento, los diputados,
las autoridades y los partidos políticos, en España sólo pagan una pequeña
fracción de los derechos de propiedad intelectual; es decir, la mayoría de las
editoriales fingen pagar los derechos, pero calculando las liquidaciones en
base a los movimientos con los distribuidores, y consignan “devoluciones”
imposibles de libros (las devoluciones provisionales de los distribuidores),
porque liquidan lo contratado solamente sobre la base de un 30% del P.V.P. del
libro.

Muchas de las liquidaciones que me hizo Roca Editorial presentaban
saldo NEGATIVO PARA MI; o sea, que YO TENÍA QUE PAGAR A ROCA, habiendo vendido
más de 2.000 ejemplares según esa liquidación en concreto. Los contratos no prevén alguna posibilidad de
esa clase. De todo lo que se habla en los contratos es del porcentaje que le
corresponde al escritor del precio de venta el público de su libro, que para
eso va impreso tal precio en la portada. Esta situación es posible porque la
ley española de propiedad intelectual es gravemente defectuosa; entre otras extravagancias,
no considera delito que las editoriales incumplan sus contratos. Si un escritor
estafado como yo decide denunciar a la editorial, sólo conseguiría que un juez
dictaminara un juicio de faltas, donde la editorial sólo podría ser castigada a
pagar una multa y JAMÁS a DEVOLVER LO ROBADO AL ESCRITOR. Sé que algunos
escritores españoles se permiten exigir a su editorial registras el contrato en
una notaría, lo que ofrece algunas garantías de cobrar. De otro modo, no hay
tutía. Y hay de ti si exiges a la editorial ir al notario; te mandará a tomar
por el culo.

Quienes publicamos en España cobramos en realidad MENOS DEL 3% DEL
PRECIO DEL LIBRO, es decir MENOS DE LA TERCERA PARTE DE LO QUE NOS PERTENECE.
El gobierno y todas las instituciones lo permiten. Debe de ser porque los
escritores NO SOMOS ELECTORALMENTE SIGNIFICATIVOS. Somos muy pocos y los
dsiputados no consideran que deben hacernos caso, AUNQUE LA LITERATURA ESPAÑOLA
SE HAYA VUELTO INSIGNIFICANTE A ESCALA MUNDIAL.

En estos siete años de agonía, porque Roca Editorial debe de haberme
robado unos 125.000 euros de mis derechos de propiedad intelectual, he
recurrido a la policía, Moncloa, La Zarzuela, el ministro de industria, el
defensor del pueblo, el parlamento, todos los parlamentarios, la generalitat y
el defensor del pueblo europeo. Casi nadie me ha respondido y los pocos que lo
hicieron indicaron “denuncie usted”, cuando todas esas personas deberían saber
que los escritores, SEGÚN LE LEY ESPAÑOLA, no tenemos derechos legales. AAL
DENUNCIAR, SOLAMENTE PERDEMOS LOS COSTOS DE LOS PROCESOS, QUE YA SABEMOS LO
MUCHO QUE SUMAN.
POR CONSIGUIENTE, salvo dos o tres escritores que amarran muy bien sus
derechos mediante registros notariales y demás, quienes publicamos en España
cobramos en realidad MENOS DEL 3% DEL PRECIO DEL LIBRO, es decir MENOS DE LA
TERCERA PARTE DE LO QUE NOS PERTENECE. Por consiguiente, nadie podría
financiarse dos o tres años de investigación, estudio, composición y demás como
para producir obras muy trabajadas como Harry Potter, el inefable Código, “El
señor de los anillos” o “Los pilares de la tierra”.
Llama la atención que algunos escritores españoles muy consagrados, se
vean a obligados a escribir artículos en los periódicos para sobrevivir.
ES QUE SEGÚN LA LEY ESPAÑOLA DE PROPIEDAD INTELECTUAL, NO PUEDEN
EXISTIR ESCRITORES PROFESIONALES EN ESPAÑA. ES DECIR, ESCRITORES QUE PUEDAN
DEDICAR EXCLUSIVAMENTE A ESCRIBIR, QUE ES LA ÚNICA FORMA DE PROFESIONALIZARSE.
Para expresarlo con la cruda realidad, yo gasté en la preparación de
“Los pergaminos cátaros” más del cuádruple de lo que Roca Editorial me pagó en
total por este libro. Viajé extensamente por el Languedoc y el Valle de Arán,
leí más de 30 libros, consulté a las facultades de historia en Francia y
Bulgaria, etc. Etc. Si tuviera que escribir de nuevo algo de ese tipo, y
contando con la estafa permanente de las editoriales españolas en general, de
ninguna manera dedicaría año y medio de mi tiempo y tantos medios y dinero a
prepararlo.