lunes, 25 de abril de 2011

LA TIERRA DEL PAPANATISMO PINTADO

Maeva, una editorial que ha tenido dos o tres éxitos sonados (Las cenizas de Ángela, Los hijos de la tierra…) con autores extranjeros, no presta atención a los autores españoles. ¿Para qué, si son unos conformistas que se dejan estafar, aceptan cobrar sólo el 30% de sus derechos y, por lo tanto, escriben nada más que tonterías simplistas?

Después del éxito de Los hijos de la tierra, vuelve a editar un voluminoso libro de Jean M. Auel, cuyo marido debe de ser francés o descendiente directo de franceses. Hablo de “Las cuevas pintadas”, una ficción prehistórica que menciona las numerosas cuevas francesas con pinturas rupestres. Digo bien: FRANCESAS. Para esta autora, cuya prosa es muy defectuosa, no existen las cuevas de Altamira, mucho más importantes que todas las que menciona, excepto Lescaux.

Los españoles podríamos escribir también una ficción sobre “La tierra de las cuevas pintadas” sin mencionar las francesas. Sin salir de Málaga, tenemos tres o cuatro cuevas con pinturas rupestres, pero a un autor español no le publicaría Maeva (ni ninguna otra editorial española) un TOCHO como el de Auel.

Y da la indignante casualidad, según está expuesto este libro, de que está vendiéndose muy bien. Los españoles compramos masivamente un libro que nos ofende por omisión, y… tan campantes.

Pasa lo mismo con otros muchos libros y, sobre todo, películas. Las ficciones anglosajonas suelen presentar a los españoles como perversos malísimos, sin que nadie alce la voz.

Conocemos mucho mejor la guerra civil estadounidense que la nuestra. Nos sabemos de carrerilla los avatares de los monarcas ingleses y ni un solo joven de la actual generación conoce la historia de nuestros reyes, ni siquiera, los borbones.

Hay que tener en cuenta dónde se editan más del 95% de los libros españoles: Barcelona, donde prohíben enseñar español y la cultura española está oficialmente perseguida. Como los movimientos pendulares de la Transición consagraron como progresista y bueno el odio a España, y malo, malísimo y fascista el orgullo español, nadie levanta la voz ante estas barbaridades.

Según el cine, la Inquisición es una maldad española, cuando toda Europa la adoptó tres o cuatro siglos antes que nosotros. Aquí no hubo las quemas masivas de brujas que hubo en Francia, Alemania, Suiza, etc. Pero nos han convencido de que fuimos tan malos, que mejor fundirnos como funden las campanas y renunciar a nuestra naturaleza.

La industria editorial de Barcelona es tan sectaria, naZionalista, antiespañola y manipula tanto sus intereses separatistas, que últimamente, he leído varia ficciones “históricas”, donde se menciona Cataluña: “Voy a escapar a Cataluña”, “vendrán refuerzos de Cataluña”. Pero Cataluña no era un estado, sino una parte del Reino de Aragón. Los traductores catalanes ensucian sus traducciones poniendo “Cataluña” donde los autores escribieron “Reino de Aragón”.

Cine, ficciones literarias, traducciones que toleramos sin que se nos mueva una ceja.. ¿Alguien cree posible que prospere una comunidad que se avergüence de sí misma? ¿Alguien cree que otro país toleraría ser gobernado por un jefe de gobierno partidario de la disolución del estado?

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