lunes, 9 de mayo de 2011
La circularidad del cuadrado
LA CIRCULARIDAD DEL CUADRADO
Si llegamos a la consideración ética de que los jóvenes son seres humanos polidimensionales, y no juguetes sentimentales ni garrapatas funcionales y unidimensionales, debemos suponer que la inmensa mayoría de nuestros jóvenes sufre de desesperanza infinita.
Cuando ya no lo esperábamos, se ha vuelto a poner de moda la emigración a Alemania, pero ya no se trata de temporeros o peones sin calificación, sino que salen numerosos graduados hasta de altísimas calificaciones. ¿Qué país va a resultar de esta sangría? ¿Cuánto le cuesta a España formar a profesionales que servirán a otra economía? ¿Qué puede hacer una nación de la que son exiliadas sus mentes mejor formadas?
Naturalmente, no se puede perder de vista la desesperanza y desconcierto en que hemos hundido a la última generación.
Yo pasé gran parte de mi juventud emigrado, con un desgarro en el pecho que sólo comprenderán quienes lo hayan experimentado. Pareceré inmodesto, pero me preguntaba con frecuencia qué se estaba perdiendo mi país con que otros países se aprovecharan de mi talento. Porque la verdad es que fui durante 29 años un publicitario con mucho éxito en Barcelona, Italia, Argentina, Brasil, Venezuela, Puerto Rico y Nueva York.
Durante los últimos trece años de mi exilio, fui director creativo de algunas de las agencias más importantes del mundo, como Young and Rubican, J.Walter Thompson y, sobre todo, Ogilvy and Mather. Esta última está considerada como la pionera que forma y consagra a los mejores creativos del mundo. Su fundador, David Ogilvy, nos obligaba a sus creativos de todo el mundo a asistir periódicamente a seminarios y cursillos que organizaba Columbia University en Nueva Cork. Psicología aplicada, cine, montaje, motivacionismo… fueron algunos de los temas de los que tuvimos que empaparnos.
Ogilvy insistía en la necesidad de abrir la mente, exigirse uno mismo ver más posibilidades de las que limita la lógica.
Como ejemplo, nos dibujaba tres hileras de tres puntos formando un cuadrado en conjunto. Para que nos diésemos cuenta de que había que ver más que los nueve puntos y el cuadrado aparente, proponía que uniésemos todos los puntos con sólo cuatro líneas rectas sin levantar el lápiz del papel. Parece imposible, pero no lo es si comprendemos que no hay que limitarse al cuadrado.
Las últimas generaciones, a quieres tanto dinero nos ha costado formar, padecen de cuadriculación: “Me he graduado en economía; tengo que encontrar un empleo de economista”. Así, es cada día más improbable encontrar a un español que trabaje de camarero, albañil, ferrallista, plomero, etc. etc. Es una realidad práctica que, con frecuencia, un fontanero gana tanto como un dentista, que ya es decir.
Mi generación, que sufrió tanto, ha protegido a tal extremo a sus hijos del sufrimiento, que les ha cortado las alas y la imaginación.
PARA SALIR ADELANTE EN ESTA JODIDA TESITURA, LOS JÓVENES ESTÁN OBLIGADOS A GUARDAR EL TÍTULO EN UN ARCHIVO Y MIRAR LA VIDA DE FRENTE.
¡Hay tantos campos en los que ganarse la vida espléndidamente! Por ejemplo, todos los oficios artesanales (para los que se necesita inteligencia y sensibilidad) están desapareciendo o han desaparecido ya. EBANISTERÍA, MARQUETERÍA ALFARERÍA, TARACEA, MIMBRE, ESPARTO, PLEITA, ADELFAS… No queda en Málaga ni uno!!!
Hay tantas fortunas escondidas esperando a jóvenes listos e intrépidos…
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