Recientemente hemos asistido boqueabiertos a casos de mujeres que denunciaron maltratos públicamente en televisión y, poco después, los maltratadores (aparentemente reconciliados en los platós) las mataron.
Creer que somos racionales porque los científicos nos definen así a los seres humanos, es una exageración.
Los energúmenos que maltratan a mujeres o niños incomparablemente menos fuertes que ellos, no merecen pan ni sal. Pero que estos energúmenos sean tan mostruosos no convierte a sus víctimas en bondadosas omniscientes. Creo que estamos errando al aconsejar a las víctimas de maltrato. Las asociaciones que aconsejan públicamente, me parece que incurren en falta de sutileza, porque lo que sugieren hacer es casi siempre provocador. Nadie debe provocar a quien sea incomparablemente más fuerte que él y, desde luego, las mujeres mancilladas y maltrechas no deberían provocar ni retar a sus maltratadores. Creo que deben ser estudiados muy atinadamente los consejos de actuación que se dan a mujeres maltratadas. Y que se haga con profesionalaidad, no con rabia inculta.
domingo, 6 de febrero de 2011
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