jueves, 31 de marzo de 2011
Vergüenza ajena
Produce insoportable vergüenza ajena ver a Rubalcaba debatirse en las Cortes para salvar sus espaldas. Contemplar su descaro produce una incomodidad terrible, si uno piensa en su frase de las elecciones de 2008: “Este país merece un gobierno que no le mienta”, frase que él se ha encargado de ensuciar hasta límites de alcantarilla.
Establecido el cinismo como marca de fábrica de los gobiernos del PSOE, parece que nunca vamos a poder señalar seriamente al culpable de los GAL y de la colaboración gubernamental con ETA que se dio en el caso Faisán.
Con un Congreso que no cumple ni mínimamente las exigencias de un parlamento democrático, donde no podemos descubrir a oradores porque todos son autómatas al servicio SOLO e INCONDICIONAL de los intereses de su partido.
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